La memoria y sus alteraciones.
Aspectos psicoeducativos.

Dr. Edgar Hernández Gálvez M.Sc.

Médico Psiquiatra. Psicólogo Clínico

Profesor y Asesor de ICEF

8 de abril de 2021

La memoria es una función psicológica superior que permite, sin esfuerzo, recordar, de una manera bastante completa, conocimientos que hemos aprendido.

Los conocimientos que nos permiten llevar una vida personal y de relación social, de una forma satisfactoria, incluyen: nombres, direcciones, números telefónicos, fechas de cumpleaños, lugares donde dejamos las cosas, compromisos que hemos adquirido, capacidad de orientarnos en base a detalles, etc…

De forma natural la memoria adquiere su nivel más eficaz a los 35-45 años de edad, aproximadamente. Después de los 45 años se inicia un proceso de deterioro natural, el cual es silencioso, progresivo, sin representar problemas personales ni de relación social ya que es casi imperceptible en la vida de relación y se detecta, generalmente, solo en evaluaciones psicométricas específicas con motivo de algún estudio psicopedagógico o psicolaboral.

No obstante, lo anterior, la memoria puede alterarse o llegar a afectarse muy seriamente. Efectivamente, médicamente se reconoce que la memoria puede disminuirse o incluso llegar a perderse, afectando significativamente nuestra calidad de vida.

Modernamente se reconoce que cuando la memoria se disminuye clínicamente, le llamamos Impedimento Cognitivo Mínimo (MCI, por sus siglas en inglés) y cuando se pierde, con grave nivel de afectación, le llamamos Demencia. Es importante señalar que existen diferentes tipos de demencia, dependiendo de su causa o etiología; así, tenemos: Demencia tipo Alzheimer, Demencia vascular, Demencia por HIV, Demencia por enfermedad de Parkinson, Demencia por enfermedad de pequeño vaso y otras.

Los estudios médicos recientes demuestran que los fallos en la memoria como olvidos frecuentes (Impedimento Cognitivo Mínimo o Déficit Mínimo de Memoria) se pueden detectar desde, al menos, 5 años antes que se manifieste un cuadro demencial.

Hasta hace algunos años era muy poco lo que la medicina podía ofrecer a los pacientes con Impedimento Cognitivo Mínimo o bien con Demencia. La moderna psiquiatría, en base al concepto de psiconeuroplasticidad ofrece, ahora, combinando la administración de ciertos medicamentos y realizando un plan, diseñado personalmente y según cada caso, de ejercicios de memoria, ayudar significativamente a detener y/o evitar la pérdida de la memoria.

La psiconeuroplasticidad es un concepto médico reciente, desarrollado por el Dr. T. Goldberg (Director del Instituto de Neuropsicología y Funcionamiento Cognitivo del Albert Einstein College of Medicine, New York).

Antes se creía que las células del cerebro (neuronas), responsables de la memoria, no podían regenerarse. Ahora se sabe que, con un programa de medicamentos y ejercicios específicos de memoria, las neuronas crearán nuevos circuitos de relación, formando nuevas vías de conexión. A este proceso se le denomina psiconeuroplasticidad. Se evitará así la pérdida de la memoria.

Basados en los trabajos específicos tanto de Northeastern University de Boston y en los de la Dra. Ostrosky de UNAM, el procedimiento clínico que permite ofrecer una mejoría en el proceso demencial, incluye:

1. Evaluar su nivel de memoria.
2. Identificar el grado de déficit que tiene.
3. Prescribir el tipo de fármaco que le conviene
4. Diseñar y realizar un plan de ejercicios neurocognitivos y psicológicos específicos para incrementar la memoria.

Es importante reconocer que, prácticamente, existen diferentes tipos de memoria. Algunas personas recuerdan mejor las cosas que ven y observan (memoria visual) otras recuerdan mejor las cosas que oyen o escuchan (memoria auditiva).

También es importante señalar que, con fines prácticos, la memoria se divide en memoria sensorial, memoria a corto plazo y memoria a largo plazo.

Con el fin de estimular preventivamente el proceso de psiconeuroplasticidad (prevención primaria), en general, puede sugerirse:

• Lea siempre: prensa, revista, libro, biografía.
• Siga, diariamente, algún programa informativo por radio o televisión.
• Practique juegos de mesa.
• Interésese por aprender algún idioma diferente al suyo o pasajes históricos importantes.
• Cada noche, haga un repaso mental (bastan 5 minutos) de las cosas que realizó durante el día (de la mañana a la noche).
• Repase mentalmente los números telefónicos más importantes para usted.
• Esfuércese por recordar los alimentos consumidos en desayuno, almuerzo y cena de ese día.

Recuerde la máxima que todo lo que se ejercita, se mejora y que todo lo que no se ejercita, se disminuye o pierde.

En un estudio reciente realizado en Inglaterra, según las diferentes profesiones o trabajos, las personas que mejor memoria conservan son los taxistas pues reconocen, con gran facilidad, ubicaciones geográficas (calles, parques, puentes) y ubican, con muy poco margen de error, la dirección que su cliente les solicita. Ellos constituyen un ejemplo muy práctico del papel de la psiconeuroplasticidad en el cerebro humano.

Finalmente, señalemos que se han identificado factores de riesgo que hacen que con más facilidad se disminuya o pierda la memoria. Estos factores son: aumentar en edad, tener algún familiar cercano con demencia, padecer de hipertensión arterial, hiperlipidemia, diabetes, sobre peso, ausencia de actividad física, ausencia de actividad intelectual, depresión, hipotiroidismo, niveles de vitamina B12 y ácido fólico bajos, tabaquismo, alcoholismo y otros hábitos tóxicos, trauma de cráneo o accidente vascular cerebral, enfermedad de pequeño vaso, entre otros.

Si usted observa en algún amigo o familiar signos o síntomas que le hagan sospechar que su memoria empieza a afectarse, recomiéndele que visite un profesional especializado en atender problemas de memoria para que le evalúe y oriente en su tratamiento.