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La depresión actual y sus diferentes tratamientos. Aspectos psicoeducativos

Dr. Luis Hernández Bocaletti

Médico Psiquiatra. Psicólogo Clínico
Profesor y Asesor de ICEF
17 de junio de 2021

La depresión constituye hoy en día un importante problema de salud mental con muy graves repercusiones para el paciente, sus familiares y la sociedad en general. Según reconoce de la Organización Mundial de la Salud, la depresión será en un futuro, la principal causa de discapacidad en todo el mundo, sólo superada por las enfermedades cardiovasculares.

La depresión es un trastorno del ánimo, también llamado del humor o del afecto, caracterizada fundamentalmente por un bajo estado de ánimo y muy arraigados sentimientos de tristeza y desesperanza, generalmente asociados a alteraciones del pensamiento, (pensamiento negativo o pesimista), del grado de actividad y de la conducta. Se presenta con más frecuencia en mujeres y puede darse en cualquier edad de la vida (infantil, adolescencia, adulto y tercera edad). A veces, clínicamente, se encuentra en primer plano la dificultad para disfrutar de las cosas ordinarias (anhedonia), la apatía, la falta de energía (anergia), o una grave disminución de la voluntad (abulia). En ciertos casos la desesperanza se acompaña de ideas de muerte o de suicidio.

Salvo en casos asociados a enfermedades físicas, la depresión se produce generalmente por la interacción de unos determinados factores biológicos con factores psicosociales y de personalidad que configuran la vulnerabilidad individual a padecer el trastorno depresivo. En muchos casos se detecta un factor psicosocial relacionado con una pérdida (pérdida de un ser querido, revés profesional, infidelidad conyugal, problemas económicos etc.) como factor relacionado con el inicio del cuadro clínico. Pero, otras veces, no existe ese factor desencadenante y se atribuye más bien a causas biológicas, endógenas, o factores individuales con fuerte carga hereditaria.

Debemos sospechar siempre de una depresión si los síntomas que se presentan persisten, al menos, dos semanas y la incapacidad que generan afecta al normal funcionamiento de la persona. En ese caso, debe acudirse a la consulta de un experto en salud mental dónde se le realizarán los exámenes correspondientes y si el médico lo considera conveniente, le prescribirá el tratamiento más adecuado, habitualmente compuesto de psicofármacos asociados a psicoterapia. En algunos casos la depresión no mejorará y se considerará, entonces, resistente al tratamiento. En estos casos se ha demostrado eficaces otros tratamientos como la combinación de psicofármacos, o la indicación de fármacos muy recientes, (esketamina) aplicados por vía nasal en forma de spray, por vía endovenosa, o bien se recomendará la terapia electroconvulsiva (TEC).

No obstante, lo anterior, el tratamiento con psicofármacos y/o psicoterapia, consiguen, en la mayoría de los casos, resolver, parcialmente o en su totalidad, los síntomas depresivos.

Es importante considerar que algunas personas tienen un único episodio depresivo en su vida. Otras tienen varios episodios de depresión, en cuyo caso no solo es importante tratar bien el episodio depresivo actual sino, especialmente, prevenir las recurrencias (episodio depresivo recurrente). En estos casos la psicofarmacoterapia combinada con psicoterapia aportan también los mejores resultados.

Por último, parece oportuno señalar que existen distintos tipos de trastorno depresivo según vemos en la clínica diaria. Las modernas clasificaciones nos hablan de depresión mayor, episodio depresivo leve, moderado o severo. También se reconocen cuadros clínicos clasificados como distimia, (depresión crónica). Existen también formas unipolares; y en el caso de las formas bipolares de la enfermedad depresiva se debe considerar el diagnóstico de trastorno bipolar o bien de ciclotimia. Existen también formas subclínicas conocidas como depresión menor, o expresiones monosintomáticas como trastornos del sueño tipo insomnio, o cuadros sintomáticos definidos como fibromialgia, síndrome de fatiga crónica, anhedonia sexual etc.

Con los modernos tratamientos psicofarmacológicos, utilizando antidepresivos llamados de nueva generación, se obtiene una eficaz y rápida respuesta clínica, en la mayoría de los casos se evita la cronicidad y prácticamente no se presentan efectos secundarios.

Como factor de buen pronóstico se reconoce el pertenecer a un grupo familiar funcional, así como no presentar psicopatología dual (asociada a adicciones).

Debe cuidarse el hecho de someter al paciente (niño, joven, adulto o persona mayor) a programas de terapia ofrecidos como muy efectivos pero que son verdaderas charlatanerías en el campo de la salud mental como la magnetoterapia, cromoterapia, terapia con barras electromagnéticas, terapia de movimientos oculares rápidos, terapia transpersonal o transaccional, entre otras.

Es importante indicar que, una medida psicoeducativa que evitará muchos problemas, será no desestimar las quejas o síntomas iniciales que presente algún miembro de la familia y que se realice, con prontitud y optimismo, la consulta con el médico de confianza, experto en salud mental.

Terminemos reconociendo que actualmente los expertos en salud mental nos encontramos frente a cuadros depresivos desconcertantes en su aparición, expresión clínica y respuesta al tratamiento después de superado un proceso infeccioso viral como es el COVID. Conforme avance el tiempo y la evolución clínica se enriquezca con la experiencia, podremos ofrecer respuestas certeras a lo que, hoy por hoy, causa más interrogantes que certezas. No obstante, lo anterior, siempre que se sospeche de un cuadro depresivo consulte a su médico de confianza quien, sin duda, sabrá orientar la conducta terapéutica.

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